El imperio del samán: una utopía a la llanera
Escrito por: William Suárez
Fotografía de: Camilo Leal
Silvia Aponte fue una escritora llanera, nacida en Puerto Rondón, radicada en Villavicencio y exploradora de toda la sabanas del oriente colombiano. Su literatura siempre se ha mostrado interesada por constituir una huella de su paso por un mundo que a pesar de su belleza es hostil, regio e incluso cruel. No está de más recordar que Silvia Aponte no es una escritora llanera solo por haber nacido en el llano; sino que hablamos de una escritora que dedicó su oficio a dejar el recuerdo de una región con una gran historia y una riqueza cultural sin precedentes para la historia de la humanidad.
Entre sus principales obras se destacan Las guajibiadas, la cual trata sobre las matanzas de indígenas en los llanos o Capitán Guadalupe Salcedo: Legendario guerrillero liberal de los Llanos Orientales, en la que nos da a conocer el lado más humano de uno de los principales protagonistas de la historia reciente de Colombia.
Otra de sus obras importantes es El imperio del samán, en la cual se evidencia un respeto por la narrativa de tradición oral del llano y la reivindicación por la misma, entrelazada con una gran pericia en obras insignes de la literatura universal. Todo esto discurre en las líneas de una novela sencilla, pero de gran profundidad –como en cualquier otra gran obra literaria-.
Utilizando recursos propios de El Quijote, la escritora araucana nos narra una utopía, a la altura de las grandes utopías renacentistas de Tomás Moro o la Civitas solis de Campanella. En El imperio del samán, el personaje de Rosmira (una Scherezade muy criolla) narra para sus hermanas: Rosenda y Rosalba, sus sueños noctámbulos. De esta manera, la escritora deja entrever sus preocupaciones y su reconocido compromiso político y social, que tantas persecuciones le costaron.
En "El imperio del samán" Silvia Aponte ofrece una clara muestra de los que podrían ser los pilares de toda su producción literaria. A saber: Un profundo compromiso con las causas sociales, y una esmerada revalidación de la tradición oral llanera, que enriquece grandemente la cultura de la región.
En primer lugar, debemos esclarecer que una utopía, debido a su intención de representar un lugar mejor o un lugar de sueños, constituye una invitación a un acto supremamente revolucionario. Una utopía en su sentido más genuino es una oportunidad para soñar, es decir, ejercer una de las capacidades más nobles que tenemos los seres humanos. Aponte plantea una utopía en la que se le brinda una primera oportunidad a los hijos de nadie: a los mendigos, los rateros y las putas. Seres humanos como cualquier otro, que han sido marginalizados por las condiciones que dicta el mismo sistema de organización socio-económico. El cual es producto de nuestra decadencia como sociedad y que nos ha llevado a volcarnos contra nosotros mismos y contra la vida misma.
Los personajes de El imperio del samán son personajes cuyo primer delito fue nacer en una sociedad que no dista en absoluto de la que nos rodea cada día. Y si bien, alguien en pleno siglo XXI duda de que la literatura también es una representación de la realidad; bastará con la lectura de esta breve novela. Para recordar que muchas personas soportan la condena del pecado original como un delito y que sobrellevar la existencia de manera digna es, para muchos, a penas, una utopía.
Por otro lado, Aponte no desaprovecha oportunidad, para poner en boca de su narradora Rosmira su respeto hacia “los antiguos narradores”. Con esta insignia rinde tributo a la infinidad de personajes anónimos que a través de varias décadas han construido la cultura de la región y se han encargado de mantener viva una tradición centenaria. Que seguramente perdurará a través del tiempo en corrales, charlas noctambulas o como en El imperio del samán, alrededor de un fogón y un café cerrero.
Para cerrar en este intento de comentario, me atreveré a citar un breve fragmento que manifiesta, de manera casi poética, la reflexión de la escritora sobre el génesis de la narrativa oral llanera.
-¿Por qué se habla tanto de silencios? Ahora comprendo, que estar dentro del vasto horizonte, en la sabana inmensa con su mudez, con sus lejanías desesperantes, es como estar en otro universo y por eso el hombre llanero es un conversador de todo momento, porque con su conversación amansa la soledad y corta el silencio para que no se le muera el alma (Aponte, 2011, pág. 139).
Aponte, de manera magistral nos explica la razón por la cual el llanero es un ser con una gran capacidad creativa, su inclinación por lo fantástico, lo quimérico lo sobre natural. Pues las condiciones que mismo paisaje del llano les impone a las conciencias que le habitan, les obliga a matar el silencio. Diremos entonces que un maestro de la narración oral del llano no es únicamente un recitador de fabulas externas al estilo de los juglares medievales. más acertado es reconocer al maestro de la narración oral llanera, se debe identificar como un ser a quien la existencia le obliga a comunicar la maravilla de su entorno y las invenciones de muy adentro de su ser para que no se le muera el alma.
Referencias:
Aponte, S. (2011). El imperio del samán. Bogotá: SILVIA APONTE.
Moreno, J. (15 de 01 de 2015). La muerte 'machista' de Silvia Aponte. Obtenido de Elespectador.com: https://www.elespectador.com/colombia/mas-regiones/la-muerte-machista-de-silvia-aponte-article-537943/
REDACCIÓN EL TIEMPO. (30 de 11 de 1999). SILVIA APONTE. Obtenido de Eltiempo.com: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-945173
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