Támara: un municipio con olor a café y ganas de reconstruirse después del conflicto armado
Yazmín Alejandra Garzón Caballero. 1
Támara es un rinconcito de Casanare que ha sabido reconstruirse luego de una
época muy violenta, pero todavía exige una mirada de reconocimiento. Es que,
de este municipio es fácil enamorarse con todos los sentidos. Mas hace falta
verlo de frente para conocer el amor a primera vista, porque posee una riqueza
natural impresionante y gente que lucha por volver a hacer de este lugar un
referente en el departamento.
Dicen que el amor entra por los ojos. Que es fácil dejarse encantar por la belleza de lo que
uno observa y la manera en que se nubla la razón cuando eso pasa. Pero cuando se visita
Támara ocurre algo distinto. Al conocer ese lugar “perdido” en medio de los cerros
orientales, a diferencia de otros municipios, uno no se enamora con la vista, uno se embelesa
con el olfato y se encanta con todos los sentidos. Es culpa de ese olor a café recién tostado el
que seduce a cualquiera que tenga la fortuna de poder sentirlo. Es, en resumen, esa magia
invisible la que lo invita a uno a adentrarse en una pintura inmensa de montañas verdes y
azules que esconden la historia del municipio más antiguo de Casanare.
El municipio de Támara, Casanare, está ubicado sobre la Cordillera Oriental de los
Andes a 1.156 metros sobre el nivel del mar y desde esa altura, ha resguardado más de 391
años de historia desde su fundación realizada por el padre José Dadey Pey en 1628 2 . Támara, desde sus primeros días, se estableció como una población guiada por la religión católica y las instituciones coloniales. Por esta misma razón, fue cuna de los primeros entes de control dentro del departamento, en este lugar se establecieron las primeras curias, juzgados, notarías y registros públicos de la región.
Es válido decir, por estas razones, que Támara se ha sabido establecer históricamente
como un modelo de desarrollo ejemplar para otros municipios de Colombia. Sin embargo,
debido a diversos problemas sociales, que se explicarán más adelante, no ha tenido el
1 Estudiante de Literatura y de la opción en Periodismo de la Universidad de los Andes.
Oriunda de Támara, Casanare. Contacto: ya.garzón@uniandes.edu.co
2 Botero, J. N. (s.f.). Támara, su historia reciente. Recuperado de
reconocimiento que se merece. Por eso, el propósito de este artículo es hacer un pequeño
recorrido por los hitos más considerables de este municipio e invitarlo a usted, estimado
lector, que se ponga cómodo, ojalá con una taza de Café Támareño y me acompañe a explorar
este rinconcito de Colombia. De seguro queda tan enamorado como yo y se anima a visitar
(¡ojalá!) las calles empedradas que adornan este patrimonio arquitectónico aún no declarado
en Casanare.
Para comenzar, es conveniente recordar cómo fue que Támara empezó a organizarse
gracias al poder erigido por la religión católica dentro del municipio. Este municipio fue el
hogar de dos de los colegios más prominentes de Casanare. En primer lugar, el Colegio de las
Hermanas de la Presentación con 500 estudiantes internas y 35 monjas a cargo y, por otro
lado, el Seminario Menor San José con 500 estudiantes internos y 23 sacerdotes en su mando.
Esta última institución cabe ser resaltada porque hasta inicios de este siglo fue reconocida por ser el mayor referente en cuanto a educación eclesiástica en el departamento.
Ahora bien, Támara no solo es significativa en cuanto a su biografía histórica, pues si
se hace un recuento más reciente de sus logros como municipio es evidente la cantidad de
contradicciones que existen al saber que no es un lugar muy reconocido en Colombia. A
partir del boom petrolero ocurrido en Casanare en los años 70 y 80, muchas de las economías internas de los municipios cambiaron drásticamente: pasaron de ser municipios sostenidos por el sector agrícola a la dependencia con la explotación de hidrocarburos.
No obstante, Támara fue la excepción a esa regla y supo resistir a este fenómeno
gracias a las acciones de algunos de sus pobladores más ilustres. Este municipio fue el primer
lugar en Casanare que estableció una comunicación directa con una Federación agrícola
nacional y en 1971 3 fue fundada la primera Cooperativa agrícola de Casanare: la Cooperativa
de caficultores de Támara. A su vez, Támara ha sido el único municipio en la región que ha
contado con su propio sistema de divisas y sistema de comercio interno, vigente por 30 años.
Ahora, para hablar con más propiedad de la historia de los últimos 40 años de
Támara, es necesario mencionar un nombre importante: el de Jorge González. Este personaje fue un líder social que dejó tras de sí una carrera de innumerables logros y, además de ser una figura política reconocida en el departamento, fue un promotor clave de lo que es este municipio hoy día. Desde las palabras de su viuda esposa, Elviatina Montoya, Jorge González fue “un soñador que amó Támara” hasta el día en que el conflicto armado decidió silenciar su voz. Con la figura de Jorge González sobrevinieron muchos cambios en un momento de una
3 Cooperativa de Caficultores de Támara Casanare, (s.f.). Recuperado 14 junio, 2019,
Tomado de http://www.cafetamara.org/historia.html
coyuntura política complicada para el departamento. Era la época en que las economías
locales debían tomar una decisión: acogerse a una economía basada en los hidrocarburos o
ingeniarse un modo en que la agricultura pudiera florecer sobre esa nueva opción casi que
irresistible.
Por fortuna y gracias a una suma de esfuerzos liderados por Jorge González y otros
grandes locales, el municipio decidió apostarle a reforzar el sector agrícola y lo logró de una
manera bastante memorable. En 1971 se institucionalizó la Cooperativa de caficultores de
Támara y con esta acción nació la necesidad de crear un sistema de comercio interno.
Elviatina Montoya lo recuerda como una idea nacida en una noche de desvelo y angustia
ocasionada por las dificultades geográficas que se ponían en contra del mantenimiento de esta cooperativa. Támara hasta la época no contaba con un sistema vial óptimo para el ingreso al municipio, lo que dificultaba bastante el intercambio comercial, pues no solo había
complicaciones para obtener ciertos artículos, sino también para conseguir la moneda
necesaria para establecer cualquier tipo de negocio. Por esta razón, luego de una gestión
ardua realizada con el Banco de la República, se firmó la primera serie de billetes conocidos
como la “Moneda Támareña” en el mismo año que se fundó la Cooperativa agrícola de los
caficultores.
La población local recibió este sistema económico con gran entusiasmo y significó
una oportunidad de crecimiento y desarrollo que se aprovechó durante los 30 años de
vigencia de esta moneda. Se establecieron distintos convenios con las empresas de transporte
y con la tradicional Caja Agraria del momento que permitía hacer un intercambio de divisas
con los municipios aledaños donde no tenía circulación el billete Támareño. A su vez, la
denominación de estos billetes no contaba con la terminación en miles puesto que el primer
acuerdo con el Banco de la República fue previo al que se conoce en la actualidad y este tuvo
vigencia solo después de los años 80. En suma, la moneda Támareña no solo es un recuerdo
romántico de una de las épocas de mayor desarrollo del municipio, sino también una
demostración de la resistencia popular frente a otros tipos de economías imperantes.
El año 2001 fue una época de crisis para el municipio, que desde su fundación fue
ejemplo para los demás poblados del departamento. Desde el agravamiento del conflicto
armado del municipio durante la década de los 80, Támara sufrió un paulatino azote de la
violencia 4 que terminaría desembocando en el asesinato de Jorge González. Luego de este
episodio, la circulación de la moneda propia terminaría decayendo y la dirección de la
4 Redacción El tiempo. (1995, 19 febrero). La guerrilla se tomó Támara, en Casanare. El
tiempo. Recuperado de https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-292720
Cooperativa de caficultores entraría en un período de grandes cambios. A principios de este
siglo, Támara perdió el renombre de municipio ilustre y fue relegado a las etiquetas del
conflicto armado y las “zonas rojas”.
No obstante, a pesar de estos antecedentes, como lo afirma Elviatina Montoya, es
desde la reflexión sobre la violencia de donde se origina la necesidad de volver a construir un
municipio que ha representado tanto para Casanare, pero no ha llegado a reconocerse
realmente. Támara sigue siendo un municipio independiente de la explotación de los
hidrocarburos, a tal punto que también es un referente nacional en cuanto a consultas
populares en contra de la explotación petrolera. Por ejemplo, vale recordar la manifestación
victoriosa en 2016 5 ; sin embargo, ya no podría apostarle a la reactivación de su propio
sistema económico. Con el avance de la tecnología, sería difícil mantener una moneda
independiente que no pueda ser corruptible con sencillez. Ahora bien, apostarle al turismo
también es una respuesta hoy.
Támara es un rinconcito de Casanare que ha sabido reconstruirse luego de una época
muy violenta, pero todavía exige una mirada de reconocimiento. De este municipio, como
dije al principio del artículo, es fácil enamorarse con todos los sentidos, pero hace falta verlo
de frente para conocer el amor a primera vista. Támara cuenta con una riqueza natural
impresionante, paisajes inolvidables, un clima delicioso y mucha gente que lucha por volver a
hacer de este lugar un referente en el departamento.
Por eso y otras cosas que ya he dicho aquí, mi última invitación es que lea estas
últimas palabras y me prometa luego que algún día va a visitar ese lugar que de seguro le
calienta el alma: “A Támara le hace falta de todo luego de un período tan violento y el olvido
colectivo de lo que ha sido históricamente este municipio. Sin embargo, cuando recordamos
que acá tenemos tres pisos térmicos, una economía independiente del petróleo y las ganas de
convertir a este lugar en el próximo Eje cafetero de Colombia, se sabe que hay esperanza” *.
*Este artículo fue realizado con base en una entrevista realizada a Elviatina Montoya,
lideresa de Támara Casanare y viuda de Jorge González, personaje mencionado en este
artículo.
5 Redacción Prensa libre Casanare. (2016, 29 febrero). Támara rechaza proyecto de
exploración petrolera anunciado por la compañía Equión. Prensa libre Casanare. Recuperado
Perfil: Estudiante del pregrado en Literatura con estudios complementarios en el área de
periodismo y la escritura creativa de la Universidad de los Andes. Creció en el municipio de
Támara Casanare. Correo: ya.garzon@uniandes.edu.co
Descripción de imágenes:
Fig. 1: Atardecer histórico/ Ubicación: Final del párrafo 3.
En esta imagen se puede observar un atardecer desde el parque principal del municipio. Esta
fotografía, al mismo tiempo, intenta capturar el valor histórico que encierra Támara desde sus esculturas, por ejemplo.
Fig. 2: Cooperativa de Caficultores/ Ubicación: Comienzo del párrafo 7.
En esta foto se puede observar las calles empedradas que conducen a la Cooperativa de
caficultores, principal motor de la economía Támareña, y órgano que mantiene alejado al
municipio de la explotación petrolera.
Fig. 3: Billete Támareño/ Ubicación: Final del párrafo 9.
Esta imagen corresponde a los billetes Támareños que, aunque actualmente no tienen una
circulación legal vigente, se ofrecen como souvenir para narrar su misma historia a los
turistas.
Fig. 4: Retrato de Elviatina Montoya/Ubicación: Párrafo 11.
Es una lideresa Támareña que además de trabajar actualmente por el turismo en Támara,
conoce de primera mano el recorrido histórico que se narra en este artículo. También fue
esposa de Jorge González, personaje del que se hace constante mención en el texto.
Fig. 5: Panorámica de Támara Casanare en dirección al cerro de Santa Bárbara/ Ubicación:
Párrafo 12.
Esta es la locación que mejor retrata al municipio desde la distancia, porque en una sola
imagen se puede observar el centro del poblado y al mismo tiempo, la belleza natural que lo
rodea.
Nota: Todas las fotos son de mi autoría.
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